¿Por qué el año empieza el 1 de enero?



La primavera, esa época en la que la naturaleza florece despertando del letargo del invierno, sus frutos afloran y el ser humano festeja haber sobrevivido al frío inviernal. Sin duda es una época de renovación... ¿no parece el escenario perfecto para empezar un nuevo año?
Pues, de hecho, lo era. Y es que para los romanos el año empezaba en Martius, Marzo, el mes dedicado al dios de la guerra. Más concretamente en las calendas (el primer día del mes, palabra que, por cierto, ha derivado hasta "calendario") de dicho mes, ya que era cuando se nombraban los cónsules que gobernarían durante ese año. Pero entonces, ¿cómo pasó hasta el 1 de enero?







Pues bien, antes debemos echar un vistazo al método que seguían los romanos para organizarse el año. Éste estaba dividido en diez meses: Martius (dedicado al dios Marte), Aprilis (de aperire, abrir, por las flores o brotes que se abrían en ese mes) Maius (por la diosa Maia), Junius (por Juno), Quintilis (el quinto mes) Sextilis (el sexto), September (el séptimo), October, November y December (¿os suenan?)
Pero dividir el año en diez meses daba demasiadas irregularidades y había que estar metiendo meses nuevos constantemente. Así, Numa Pompilius decidió añadir dos meses al final del calendario, después de Dicember: Ianiarius y Februarius.

Fasti consularii, calendario que contaba los años basándose en los nombres de los cónsules que habían ejercido el poder ese año). Ubicado en el antiguo Foro Romano, actualmente se expone en los Museos Capitolinos.

Ahora que conocemos el calendario romano, debemos remontarnos al año 153 a.C. Roma, en plena conquista de Hispania, se enfrentaba a una rebelión en Celtiberia. Más concretamente, la ciudad de Segeda, capital de los Belos, había empezado a ampliar sus murallas, rompiendo con ello un tratado que tenía con Roma

Así pues, había que actuar con rapidez. Pero si esperaban hasta Martius para nombrar a los cónsules y que éstos comenzaran a preparar la campaña, entre celebraciones y preparativos, las tropas no estarían listas para partir hasta el verano, y entonces ya sería demasiado tarde ya que los belos se habrían atrincherado lo suficiente. Además, comenzar una campaña en verano no siempre era seguro ya que, si se prolongaba más de lo esperado, podía llegar el invierno antes de que la campaña se hubiera terminado con éxito. Por ello se decidió nombrar a los dos cónsules en las calendas de Ianuarius, enero, en vez de esperar hasta Marzo. Así, cuando llegara la primavera los cónsules lo tendrían todo preparado para marchar sobre esos sediciosos celtíberos antes de que se hicieran demasiado fuertes.
Y así es como, por culpa de una ciudad hispana que quería ampliar sus murallas, ahora en todo el mundo celebramos el Año Nuevo el 1 de enero.

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